Por Florencia Magaril.
En el marco de la quinta edición del Festival de Arte de Acción “Aún Sin Título”, llevado a cabo el pasado septiembre del 2015 en el espacio Documenta/ Escénicas, se presentaron las performances de dos artistas chilenas: Eli Neira y Javiera Ovalle Sazie, junto a otros tres performers argentinos: Maru Gagliano, Eli Ferrari y un video de José Villalonga. Aprovechamos la visita desde Chile para conversar con Eli y Javiera sobre sus ideas en torno al arte de acción, el público, sus obras y el registro.
#1
Eli Neira “Generación de microrevoluciones”
En una sala oscura resuena una grabación de un discurso político, es la voz de Medina Allende en el último discurso que diera antes de su asesinato en la Casa de la Moneda. Desde la puerta trasera, la artista entra a la sala y escribe un número en una tela blanca que se encuentra sobre una mesa. La tinta es sangre de su propia menstruación recolectada durante días anteriores. Luego del acto de escritura, la artista comienza a arrastrarse por el piso de la sala, con la mesa a cuestas y una luz que emergía desde su sexo encandilando a los espectadores. Esta acción forma parte de un proyecto más amplio: “Cuerpo de obra”.
¿Cómo empezó tu relación con la performance?
Yo estudié periodismo y trabaje como periodista cultural en medios durante diez años. Siempre me dediqué a cubrir todo tipo de arte: desde pintura hasta arte acción, que a principios de los 90s era muy incipiente en Chile (luego de la dictadura).
Fue a partir de la escritura y la crónica periodística que me empiezo a desplazar hacia la literatura. Primero comencé a escribir poesía y en algún momento esa escritura fue necesitando más compromiso del cuerpo, poco a poco, el texto se fue desplazando hacia el cuerpo…hasta que ya el cuerpo pasa a tomar el primer lugar.
Aunque pienso que en realidad siempre es un ir y venir. Hay períodos de muchas acciones, y luego me pongo a escribir, estoy ahí, yendo y viniendo. La escritura me hace descansar de la performance y la performance me hace descansar de la escritura. Encontré una polaridad interesante allí.
¿Cuales son tus preocupaciones?
Mis temáticas siempre tienen que ver una pregunta ¿cómo y qué significa ser mujer, chilena, artista, latinoamericana y militante de ciertas ideas anti imperialistas en el mundo contemporáneo? Es siempre un constante repensar en torno a esto: el estado del cuerpo como una situación libertaria en un mundo que esta constantemente siendo raptado por miles de poderes, poderes sobre el cuerpo, poderes sobre las ideas, incluso sobre el sistema del arte. Yo creo que es una reflexión por una fuga, tal vez, sobre esas reglas que tratan de tomar tu discurso y chuparlo.
Y allí aparece el cuerpo como el soporte que te permitía formular esta pregunta. Pareciera como que en algún momento el texto fue desbordado por el cuerpo…
Si, se desbordó el texto y el cuerpo fue lo más real, lo más inmediato y lo más honesto para pensar. Porque yo no estudié arte, no sabía pintar, ni hacer un video, no se sacar fotos, no tengo pertinencia técnica con respecto a los oficios del arte. Entonces lo más instintivo e inmediato resultó ser el cuerpo. Fue la herramienta con la cual yo podía generar signos poéticos, contraculturales y políticos, sin ningún estudio. Puro instinto.
¿Cómo es la relación de tus acciones con el público?
Hay gente que se horroriza un poco y se va, porque yo trabajo un poco el choque, y la verdad es que el público no me importa mucho. Como tampoco vengo de las artes escénicas, donde se contempla el hecho de un emisor y un público, puedo pensar en la acción siempre en una instancia primero conmigo y que luego se expande al público. No hay una predisposición de chocar al público, ni generar que se vayan, sino que la gente se espanta porque me gusta tocar ciertos temas que son bastante conflictivos.
¿Transformas tus acciones a partir de las reacciones de los espectadores?
La que se transforma soy yo. Yo me voy transformado durante cada acción, y como es expansivo la gente también va transformándose. Es mutuo. El público es solo un elemento más de mi obras, pero no modifica mi accionar.
Tenes mucho trabajo realizado en las redes y soportes digitales. ¿Cómo es la traspolación del arte acción a la red?
Generacionalmente nos toca vivir algo nuevo que no había en los 90s. Me di cuenta de que las redes era una escenario que potenciaba mucho los contenidos y que un texto podía tener tantos lectores como infinito, incluso lectores erráticos que no están buscando una obra de arte pero de repente se topa con ella. Creo que las obras dentro de las redes funcionan como un virus, un virus contracultural, hasta contratecnológico.
Pero en la red también hay censura y denuncias regido por un sistema sensor. No es la utopía que uno pensaba en algún momento donde se podía multiplicar todo. No! Pero también esta bueno lidiar con la tecnología y generar estrategias para invadir esa tecnología.
Las acciones que publicas digitalmente ¿están pensadas de antemano para es soporte o son replicas de los registros?
Generalmente cuando realizo en mis obras, pienso que el último destino de la acción será la red. Igual a veces me pasa que me quedo sin registro o hago acciones en la oscuridad total donde el registro es muy difícil. Además ahora estoy desvinculandome del registro como algo obligatorio. Porque antes se pensaba que sino había registro no había obra y ahora pienso, “bueno si no hay registro, de todos modos algo queda, queda el texto, el rumor, una foto, una huella”. Me gusta la capacidad evanescente que tiene la performance, nunca la terminas de agarrar completamente, ni con el registro, ni con verla en vivo. Y es algo que denota con el tiempo.
Muchas acciones tienen efectos residuales y se van reinterpretando a lo largo del tiempo, ¿verdad? Y si pudieras explicar qué es el arte acción, ¿cómo lo definirías?
Para mi son como microrevoluciones, micro en el sentido que ocurre en un escenario pequeño, no es en una plaza multitudinaria, no es la revolución cubana. Sino que ocurre primero en la psiquis de uno, al generar nuevos estados de significación y romper estados de certezas, tabúes. Y estas microrevoluciones que caben en las artes visuales, también pueden suceder en otros campos como la psicología o en la psicomagia.
#2
Javiera Ovalle “Cada palabra es un Universo”
La performance de Javiera se realizó en la esquina de las calles Lima y Maipú. La vereda fue el escenario elegido por la artista para su accionar: con flores de palo borracho (típico árbol argentino) fue escribiendo palabras y manipulando sus formas, proponiendo un juego de interpretación y resignificación por parte de las personas que pasaban por ahí y observaron la acción.
¿Cómo llegaste al arte-acción?
Yo vengo de las artes visuales pero también escribo. Siempre mezclé ambas prácticas como una posibilidad. Me interesan las intervenciones urbanas y las obras efímeras y mi principal interrogante es pensar en cómo la lengua materna afecta la percepción visual. Como desplazamientos de la escritura que se pueden ver de diversas maneras. Lo que voy a hacer en “Aún Sin Título” es una intervención urbana que se cruza con la idea de lenguaje como una dispersión de cultura y conocimiento. Le digo “dispersión” porque realizaré una escritura con semillas de palo borracho. Estas semillas cuando tu las tocas comienzan a dispersare. Existe el lenguaje pero también hay una imposibilidad de comunicarse con ese lenguaje. Entonces yo estoy en una búsqueda de palabras en vía de obsolescencia, palabras que están por desaparecer, que otras generaciones pueden usarlas más pero nosotros no las vamos a manejar. Trabajo con la idea de encontrar estas palabras, qué capas tienen y cómo los tiempos se van reflejando en estas palabras.
¿Sería como una especie de etimología cultural?
Es encontrar como cada palabra es un universo y justamente estas palabras que están por desaparecer no están consideradas como una lengua muerta que hay que proteger sino que son palabras más informales pero que adquieren mucho sentido cuando uno empieza a investigar qué hay por detrás.
Como por ejemplo qué palabras…
Por ejemplo cábula, que la encontré acá en Argentina, que viene de la cábala. O la expresión “corre la coneja” que es como pasar hambre. O por ejemplo ciruja, que es una palabra que esta viva todavía pero si tu la buscas en un diccionario normal no va a aparecer, sino que se reconoce únicamente callejeando, la reconoces cuando estás recorriendo el territorio. Y ahí es cuando me interesa esa intersección del arte que no esta tan enmarcado en el museo o en la galería. Me involucro entonces en el mismo circuito de los cirujas, por eso acciono en la calle para encontrar a un espectador que no está formateado para ver arte.
¿Porqué poner el cuerpo? ¿qué es lo que el cuerpo habilita que la escritura no?
Yo creo que hay un ofrecimiento, como una generosidad al estar presente, y esa presencia genera un posible encuentro que es lo que me interesa generar. Al público yo no lo llamo espectador, lo llamo visitante, paseante, finalmente es el peatón.
¿Solo realizas trabajos en espacios públicos?
No, también he realizado trabajos en galerías y encuentro que es muy distinto. Me interesa mas la efervescencia de la interacción con el que no tiene una preconcepción de nada, y que tampoco esta buscándola..sino que es algo con lo que se topa. Me interesa mucho trabajar con la noción de encuentro.
Esos encuentros ¿alternan la obra?
Claro, la nutren. Y se basan en eso. En como van cambiando porque alguien te dijo algo, o se enojan o por ahí te quiere sacar algo de lo que estás haciendo. Y también muchas veces no pasa nada y cuando no pasa nada hay algo quizás que uno va a entender en otro proceso o en otro tiempo.
¿Hay como una idea del arte acción de efectos diferidos? Como efectos tardíos. Como si las respuestas, tanto en el artista como en el público, llegaran con el tiempo…
Si…y uno no puede esperar a tener reacciones inmediatas, porque sabe que si alguien dice “buenísimo”, no significa nada. Uno sabe que a lo largo del tiempo van a aparecer respuestas y no se le puede exigir en el momento. A veces el proceso esta mucho en las capas que vas acumulando y aparece recién a los tres años, y ahí dices “Ah! claro, era esto!”.
Y me ha pasado mucho con la escritura que gente me pregunta porque no simplemente escribo. Pero no puedo simplemente sentarme a escribir, porque hay todo un proceso que contiene muchas capaz por detrás. Entonces, al escribir la palabra “ciruja” con semillas de palo borracho estoy de alguna manera transitando por esas capas de sentido, de acumulación, de calle.
¿Qué es el arte acción para vos?
Poner en estado de encuentro, un encuentro que puede o no generar descubrimiento. Juntar dos cosas que están en lugares distintos y ponerlos en el mismo nivel. Botar la jerarquías, deshacerse de parcelas y volverlo un campo abierto.